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El gran simulador

escrito por fideo 14

Muchos peces utilizan el camuflaje para pasar desapercibidos ante la vista de los depredadores pero ninguno de ellos logra mimetizarse tan bien como el fant?stico pez esponja.

Pez esponja
Este peque?o habitante de los mares c?lidos que apenas alcanza los 30 cm. de talla m?xima no s?lo toma perfectamente el color de la esponja que viven en el arrecife sino que su piel imita la textura espongiaria hasta el punto de hacer que la diferencia sea irreconocible al tacto.

Lejos de ser un inocente pececito, el pez esponja es un carn?voro despiadado. Cualquier pez peque?o que lo confunda con una esponja y pasee delante de su boca ser? sorprendido por un r?pido movimiento que lo enviar? directamente al est?mago del camuflado depredador antes de que caiga en la cuenta de lo que est? pasando. Este asombroso mimetismo tambi?n le sirve para ocultarse de quienes se pudieran alimentar de su blanda carne. Es por eso que el quedarse quieto es absolutamente fundamental para pasar desapercibido. Todo en la vida de un pez esponja es sumamente lento, salvo el movimiento corto y r?pido que se requiere para atrapar la comida diaria, despu?s de la que tomar? una muy larga siesta.

El perfecto camuflaje de este pez est? lejos de ser r?pido y adaptable. Como en un arrecife hay muchas esponjas del mismo color, el pez puede saltar de una a otra a su antojo, pero si tuviera que mudarse a una zona donde hubiera esponjas de color diferente al suyo tardar?a cerca de un mes en asumir el color de sus nuevos anfitriones. Es por eso que los peces esponjas no son proclives a “cambiarse de barrio” muy a menudo. En ese lapso de tiempo est? expuesto al ataque de los depredadores y lo que es peor, est? pr?cticamente condenado a pasar hambre ya que su figura se hace visible. Claro est? que ante tan poco movimiento y tan poca energ?a gastada a lo largo del d?a, no requiere de grandes cantidades de alimento para sobrevivir.

El pez amarillo de la foto est? posado sobre una esponja roja y todav?a no ha iniciado el proceso de cambio de color. Si estuviera posado sobre una esponja amarilla ser?a absolutamente invisible. Es por eso que, acostumbrado a esa invisibilidad, no se preocupa en absoluto por la presencia de una mujer buzo a pocos cent?metros de ?l ya que conf?a en que ella no lo ver?.

Despu?s de todo la gente ve lo evidente, lo que se distingue. Son muchos menos quienes buscan entre las cosas peque?as a los grandes misterios. Ser?n ellos quienes se sorprendan alegremente cuando, al acercarse a una inocente esponja marina, vean un ojo que los mira atentamente. Habr?n descubierto al gran simulador del mar. Un privilegio para pocos

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